El artista

19.09.2011 21:05

 

Oscar Wilde
 
Una tarde, le vino al alma el deseo de dar forma a una imagen del Placer que se posa un instante. Y se
fue por el mundo a buscar bronce, pues sólo en bronce podía concebir su obra.
Pero había desaparecido el bronce del mundo entero; en parte alguna del mundo entero podía encontrarse
bronce, salvo el bronce sólo de la imagen del Dolor que dura para siempre.
Era él quien había forjado esta imagen con sus propias manos, y la había puesto sobre la tumba de lo
único que había amado en la vida. Sobre la tumba de lo que más había amado en la vida y había muerto
había puesto esta imagen hechura suya, como prenda y señal del amor humano que no muere nunca, y
como símbolo del dolor humano que dura para siempre. Y en el mundo entero no había más bronce que el
bronce de esta imagen.
Y tomó la imagen que había formado y la puso en un gran horno y se la entregó al fuego.
Y con el bronce de la imagen del Dolor que dura para siempre esculpió una imagen del Placer que se
posa un instante.